Mi rostro, siempre en las mejores manos

El rostro es la parte más importante del cuerpo para muchas personas, su seña de identidad más reconocible. Por eso, también lo que más cuidan. Pero, a la vez, es una de las partes del cuerpo más expuesta porque siempre la mostramos y está al aire, sufriendo los efectos del sol y del frío. Por eso, es uno de los primeros lugares en los que aparecen signos de envejecimiento, como arrugas o manchas. Cuidar el rostro y mantenerlo bonito y joven es la mejor medicina para nuestra autoestima y para nuestra imagen personal.

Para cuidar el rostro lo primero que tenemos que cuidar es la piel. Y para cuidar la piel el más adecuado es un Dermatólogo especialista en cara en Vigo. Por eso, si quieres acudir a un buen centro de estética, asegúrate de que un dermatólogo está al frente. Cuando llegues, el dermatólogo será quién realice la primera valoración de tu piel y determine cuáles son los puntos por tratar para que esta mejore o se mantenga tan bonita como está en ese momento. 

Si eres una persona joven y con una piel saludable, el dermatólogo puede recomendarte hábitos de limpieza correctos, recomendarte las mejores cremas para ofrecer hidratación y protección solar durante todo el año y, si es necesario, ofrecerte tratamientos de hidratación intensiva o de peeling. Cuando la piel ya es madura, a esto hay que añadir tratamientos nutritivos para que la piel pueda obtener todo aquello que va perdiendo con el paso del tiempo, se mantenga tersa y flexible y se eviten las líneas de expresión.

Una vez que ya se forman líneas de expresión o aparecen las primeras arrugas, el dermatólogo puede recomendar tratamientos un poco más completos. Pero también, si la persona lo desea, intervenciones estéticas para rejuvenecer el rostro, como el botox para esas primeras marcas de expresión o los hilos tensores cuando comienza a aparecer la flacidez que tanto envejece el rostro. Los rellenos para los pómulos también pueden ser de ayuda cuando estos se hunden con el paso del tiempo o para rellenar los labios en los que aparecen esos temidos surcos conocidos como código de barras. Estos rellenos, actualmente, son de ácido hialurónico y se absorben por la piel, por lo que son reversibles totalmente, debiendo aplicarse un par de veces al año para mantener su efecto y verse siempre bien.