¿Cuál es la historia del vino Condes de Albarei?

Si te gusta el vino albariño de calidad, te resultará curioso descubrir condes de albarei historia y origen de la marca. Es una marca tan presente en los mejores restaurantes y también en muchos de nuestros hogares desde hace tiempo, que podemos pensar que tiene una larguísima trayectoria a sus espaldas. Pero lo cierto es que se trata de una bodega de creación relativamente reciente.

Condes de Albarei surge en el 1988 como resultado de la asociación de diferentes productores que querían buscar una marca para comercializar su vino albariño de una manera moderna y atractiva. Estos productores, de la zona del Salnés, comenzaron a elaborar un vino de alta calidad aportando sus experiencias y métodos hasta conseguir mejorar cada año. Tanto ha sido así que en el 2016 han recibido el galardón Baco de Oro.

Baco de Oro es un galardón otorgado por la Unión Española de Catadores y supone un escaparate a nivel nacional y también internacional para los vinos que reciben este premio. Cuenta con un gran prestigio en el gremio de la restauración y es un referente para muchos locales a la hora de hacerse con una buena bodega. Una de las características más importantes de la marca es que permiten participar a vinos jóvenes de nueva creación, siendo una importante lanzadera para ellos.

Desde sus inicios, Condes de Albarei se ha convertido en un referente en las Rías Baixas y pronto en toda Galicia. Pero no ha tardado en labrarse fama a nivel nacional, siendo conocido y muy apreciado en los diferentes puntos de nuestra geografía. Ha logrado, además, dar el salto internacional vendiéndose en Reino Unido y Alemania, por poner dos ejemplos, pero también en mercados extraordinariamente competitivos con el de EEUU o en algunos tan exigentes como el japonés. 

Las claves de su éxito radican en la calidad de las uvas albariño a partir de las cuales se elabora, que crecen bañadas por el sol de una zona con un clima privilegiado, muy cerca de las aguas del Atlántico. Cepas con una antigüedad en torno a cuarto de siglo que ofrecen lo mejor de sí mismas y una recogida en el momento justo, son imprescindibles para que el mosto de flor de uvas tenga la calidad y la variedad de matices presentes en sus sabor que hacen este vino único y totalmente diferente al resto.