Al elegir la ropa o comprar complementos comunión para niñas tenemos que tener en cuenta los cambios que hay en la moda y que los vestidos de hace algunos años quizás no sean adecuados ahora. Por eso, muchas veces es un error tratar de heredar ropa de primas o de hermanas mayores para este tipo de celebraciones, teniendo en cuenta que es un día muy especial en el que la pequeña tiene que sentirse a gusto.
Este año están de moda las mangas abullonadas. Es una tendencia que ya viene del año pasado pero que ahora coge fuerza. No es solo para la ropa de comunión sino para todo tipo de vestidos y blusas en mujeres de cualquier edad. Esto hace que se lleven los vestidos con un cierto aire años ochenta o inicios de los noventa cuando esa manga hacía furor. La manga corta abullonada es ideal para los vestidos de comunión ya que cumple con los preceptos de un traje para una ceremonia religiosa a la vez que es moderno y de tendencia.
En muchos catálogos vemos que se llevan para las niñas vestidos muy frescos y con complementos florales. Normalmente, son vestidos de tirante ancho y corte imperio que tienen un cinturón de flores a juego con la diadema del pelo. Pero hay que tener en cuenta que en algunas iglesias los párrocos hacen cumplir un precepto que algunas personas no conocen ya que en España no siempre se exige, que es el de guardar una cierta etiqueta para entrar en un culto religioso. Esta etiqueta suele consistir en que el vestido cubra los hombros y las rodillas. En este caso, la niña tendría que llevar una capita, velo o rebeca para ponerse en el interior de la iglesia, algo que es importante tener en cuenta.
Otra opción en estos casos son las mangas de tul transparente, que son una de las tendencias fuertes este año y que no le restan frescura al vestido, pero que permiten que sea más tradicional.
Aunque el blanco es el color más utilizado para los vestidos de comunión, las flores y los lazos en tono pastel para el cinturón y la diadema están de nuevo de moda. Eso sí, anchos y de gran tamaño, dándoles bastante protagonismo. Se trata de romper con el blanco o con el marfil del vestido para que tenga un aire más infantil.